Un bramido de ansiedades
estrangulan
y coronan mi pecho
reduciéndolo,
a latidos precarios
de palabras sin eco.
vos seguís siendo vos…
el vuelo diáfano
de la muerte bendita
que se eleva al cuadrado
y se multiplica por la constante
de mi equivocación.
estrangulan
y coronan mi pecho
reduciéndolo,
a latidos precarios
de palabras sin eco.
vos seguís siendo vos…
el vuelo diáfano
de la muerte bendita
que se eleva al cuadrado
y se multiplica por la constante
de mi equivocación.
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