Primera Fase: Luna Llena
En una noche sagrada, ante el fuego de la verdad y en comunión con la Diosa; él poeta peregrino se dispone a rendirle culto a sus letras…
Silente y sigilosamente prepara su altar. Purifica el espacio creador de su pluma con el poder del agua y la sal, del incienso y el fuego. Enciende una a una las velas de sus musas y antes de consagrar los verbos de sus labios; busca protección dentro del tres veces círculo sagrado. Se arrodilla, eleva sus manos al cielo e inclina su cabeza en señal de respeto.
Oscuridades y sombras danzan en la bóveda divina. Se inicia el recital de plegarias. Reverencias a sus Dioses, protección a sus ancestros y asistencia de los elementales.
El misterio se hace inminente. Los sentidos se intensifican y el corazón se torna humilde y en ese estado etéreo del alma, él poeta disipa sus dudas, ahuyenta sus temores y se dispone a escribir…